martes, 6 de noviembre de 2007

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hormigas con patas como cuchillos me recorren por dentro, desangrándome. me duele el alma, me duelen los huesos, me duele la piel. extraño algo, que tal vez utópicamente llamaríamos libertad, la libertad de no tener que pensar, la libertad de no pensar en sufrir, la libertad de no sufrir. libertad de andar descalza jugando con arena. libertad de elegir qué libros quiero leer. libertad de rayuelas bicicletas y manzanas. libertad de pinturas, de mares, de olas, de viento.
libertad de amaneceres, de atardeceres. de familia y galería y árboles.
libertad de agua fría en mi cuerpo.
y, paralelamente, sensación de que nada funciona en mí.
que mi cuerpo está estancado, y el dolor y la verguenza que me produce.
quiero liberarme de los espejos. de las miradas acusadoras, de los índices señaladores. de las miradas, sobre todo de las miradas.
necesidad de cambiar, de cambiarme. no soy libre adentro mío. no puedo serlo. estoy presa. soy artífice y víctima. soy culpable y afectada.
siempre dos, nunca yo. de aca para allá. y sin saber quién soy.

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